Eurocentralización de la sensibilidad
Es natural, incluso casi una
obligación que la piel del cuerpo del “ente humano” se sensibilice ante la
muerte de inocentes, gente de a pie que es utilizada como carne de cañón.
Sin embargo, en últimas fechas se
percibe una marcada tendencia a mediatizar con mayor fugacidad el duelo una vez
que los eventos que bajo el fenómeno denominado “terrorismo” tienen como
epicentro a países del primer mundo. Pareciese que las masas se indignasen en
mayor medida cuando el padecimiento tiene lugar en el occidente de Europa,
(como si se tratase de víctimas de primera clase). En efecto, se ha legitimado un discurso en el
cual pareciera que solamente existe un bando malo, una organización en curso que
a lo largo del tiempo ocupa el cargo como promotora de sembrar el terror (Al Qaeda,
hoy le toca al ISIS), pero ¿realmente es cuestión de un solo bando?, en lo que
pareciera una lucha que se ha tornado llena de matices políticos, económicos,
culturales y religiosos.
Más allá de las formas, es
necesario tomar conciencia de que fuera de ciertos eventos espontáneos en
cuanto a la temporalidad en que se ejerce la violencia, independientemente de
ser catalogada o no como terrorismo, es decir, los refugiados que la élite
europea rechaza, la ya habitual guerra del narco en México, el caso Palestino,
¿deben acaso ocupar un lugar menos trascendente para la sensibilidad de las
masas por tratarse de naciones ajenas a la élite económica mundial? Y no digo
que la gente no se sensibilice ante dichas situaciones, pues todos estos
eventos que suscitan a lo largo del mapa geopolítico dejan víctimas emergidas
de la “gente de a pie” que obligatoriamente la conciencia colectiva debe
catalogarlos como actor ruines y rastreros.
Así también, es común encontrar
consignas que demandan y aclaman la anhelada llegada de la “paz social”, ante
ello no tengo la menor duda de la buena voluntad que existe de tras, el
problema radica en que se tiende a percibirlo de manera un tanto abstracta,
como elemento especulativo e idealizado del cual se espera su llegada de manera
ajena a las acciones sociales, es así como conceptos tales como el propio
terrorismo y paz social deben ser comprendidos como un compendio de acciones
que tienen detrás a individuos encargados de ejecutar tales acciones que surten
“X” efecto (más allá de algún juicio
moral) en un lugar concreto y dejar de especular en torno a dichos
conceptos. Personalmente creo que es
posible alcanzar un estadio de paz conforme seamos capaces de llevar a cabo
acciones que nos encaminen a la justicia social, creo que se trata de un asunto
de distribuir condiciones sociales mayormente equitativas, de igual manera creo
que sin justicia social jamás habrá paz, es necesario erradicar las diferencias
económicas sin dejar de respetar las diferencias biológicas, culturales y de
creencias.
En Bélgica, Francia, Yemen,
Siria, México y el mundo, los muertos sobre la mesa los pone el pueblo, no sé
si ya salió el avatar de la bandera belga en redes sociales, seguimos
esperando el de Palestina y el de todos los caídos.
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