La vida del deporte va más allá de las olimpiadas.



El deporte está acá, gritaban los habitantes del barrio que hacen del asfalto una habitual pista.

Las olimpiadas como paradigma de apoyo al deporte
Ha terminado una edición de los juegos olímpicos, con ello, como cada período, no se han hecho esperar aquellas voces que establecen de los resultados obtenidos en dicha competición el parámetro con el cual evaluar la vida deportiva en los distintos países. Lo cual, en muchos ejemplos suele coincidir, sin embargo, dicho estatus deportivo es de mayor complejidad, y si bien comparte algunos factores que condicionan también al deporte de élite, también es cierto que involucra una serie de factores que le diferencian.

Entonces ¿realmente la posición en el medallero por parte de cada país refleja el estado de las cosas en lo que a deporte se refiere socialmente? 
Para ello, me parece preciso visibilizar una serie de definiciones acerca de las distintas categorías en torno al deporte y sus funciones, en aras de discernir qué tan cercana o distante es la relación entre las olimpiadas y el deporte que se práctica al interior de las sociedades.
Sobre esto último, para aclarar y establecer una diferencia conceptual, acudo a José María Cagigal, quien realizó una serie de categorías de las cuales destacó lo que nombró como deporte espectáculo y deporte praxis, los cuales no necesariamente son mutuamente excluyentes, el más claro ejemplo de ello es el deporte olímpico, que posee características de ambas partes.
 
Las funciones del deporte
Para profundizar en la diferencia de estos dos tipos de deporte vamos a mencionar algunas de las funciones que cumple cada uno de los dos.
De acuerdo con el propio Cagigal, la vertiente del espectáculo cumple con funciones, entre estas destaco las siguientes: servir como ocio pasivo para los espectadores o la audiencia, contacto social y como espacio a través del cual se difunden las distintas disciplinas deportivas que ocupan un espacio dentro del espectro del deporte profesional.
Por su parte, la vertiente conocida como deporte praxis, cumple funciones que involucran un rol mayormente activo por parte de quienes lo ejercen, destacando algunas funciones primordiales como un tipo de ocio activo (es decir, conforme realiza la práctica deportiva también se sirve de un espacio ocioso), como vía para prevenir o tratar una situación de salud, como actividad de esparcimiento, como espacio educativo, como interacción social, etc.

Como vemos, hablar sobre la vida deportiva de la sociedad es mucho más profundo y complejo que reducir esta a un resultado en el medallero, donde ciertamente puede existir cierto reflejo entre lo que sucede en uno u otro campo, por ejemplo, en una sociedad donde no se difunde suficientemente la necesidad de practicar actividades deportivas, no existen espacios y recursos para ello, genera altas probabilidades de que se carezca de figuras de primer nivel en el deporte, sin embargo, contar con un gran número de deportistas destacando en competencias internacionales como las olimpiadas no necesariamente es fruto de una sociedad que inculca la práctica deportiva en la mayoría de sus integrantes, puede haber una ruptura entre lo que sucede en el grueso de la sociedad y la élite deportiva.
Es decir, independientemente del resultado de X nación en las olimpiadas, al interior de cada una de estas existe una práctica social de actividades deportivas ejercidas por los ciudadanos de a pie en aras de cumplir con alguna de las funciones u objetivos que hemos mencionado anteriormente.

El valor simbólico de los deportistas olímpicos para la difusión de la práctica deportiva.
Más allá de la instrumentalización que se genera en torno a los deportistas profesionales por parte de la industria del espectáculo y la maquinaria del marketing, su aparición en eventos deportivos de este calado son de gran relevancia en la difusión de la amplía diversidad de disciplinas que existen en el mundo deportivo ya sea que sirva como fin en sí mismo o como medio para cumplir algún objetivo referente a lo social, a la educación, a la salud o a cualquiera que cada quien persiga.

La vida deportiva de las sociedades no se agota en las olimpiadas ni estas son el reflejo de la primera aunque suelan coincidir, pues un nación con notables resultados en el medallero olímpico no es garantía de que en su interior el deporte sea una práctica primordial.


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